El hecho de que nada puede ir más rápido que la luz sigue siendo una ley que Einstein lo teorizó y en la práctica finalmente no ha podido ser desmentido.
El catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alcalá de Madrid, Antonio Ruiz De Elvira, explica a través de un video para el El Mundo de España, que si nosotros queremos acelerar algo que tenga masa (M), incluso un neutrino (U), sin que pase a una velocidad igual a cero, pues los tenemos que empujar, como cuando empujamos una piedra, y cada vez que lo empujamos va cogiendo cada vez más velocidad y podría llegar a unas velocidades enormemente altas.
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Siempre habrá una velocidad fija que nos impide ir a velocidades infinitas y por ende no podemos avanzar más de lo que avanza la información que es la que nos trae la luz, señala el catedrático. Además manifiesta que el tiempo no existe sin el movimiento del resto de los cuerpos; como el tiempo está vinculado al momento de las cosas, no podemos viajar a través de él, ese decir no podemos mirar el futuro porque los cuerpos no se pueden mover más deprisa.
Y si queremos ir hacia atrás en tiempo y cambiar la historia, ‘tenemos un problema’, puesto que el tiempo no es una variable independiente del propio movimiento de los cuerpos.
Según la Teoría de la Relatividad Especial, el cuerpo que resulta ‘empujado’ ganaría masa al ponerlo a tan altas velocidades, perdiendo capacidad para moverse. En suma, nada puede moverse más rápido que la ‘fuerza’ que lo empuja.
Nada puede ir más rápido que la luz
No obstante, según la BBC, corría septiembre de 2011 y el físico Antonio Ereditato conmocionaba al mundo.
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El anuncio que había hecho prometía dar un drástico giro a nuestros conocimientos sobre el Universo. Si los datos recogidos por 160 científicos que trabajaban en el proyecto OPERA eran correctos, lo impensable había ocurrido.
Un grupo de partículas -en este caso, los neutrinos- había viajado más rápido que la luz.
Según la teoría de la relatividad de Albert Einstein, eso no era posible. Y las implicaciones eran enormes. Muchos aspectos de la física tendrían que ser modificados.
Al final, el resultado de OPERA estaba errado por causa de un problema de sincronización debido a un cable mal conectado.
Como consecuencia, las mediciones de lo que tardaban los neutrinos en recorrer la distancia estaban equivocadas en 73 nanosegundos, e hizo que pareciera como si hubieran viajado más rápidamente de lo que lo hicieron.
Ereditato renunció.