
El cometa Interestelar 3I/ATLAS, al parecer está desafiando la ciencia, por ello surgen teorías de que podría tratarse de un objeto alienígena.
Imagínate por un momento que estás observando el cielo nocturno y descubres algo que no debería estar ahí.
Algo que viene de tan lejos que desafía todo lo que conocemos sobre el universo.
Eso es exactamente lo que está sucediendo ahora mismo con el cometa interestelar 3I/ATLAS, un visitante cósmico que tiene a la comunidad científica literalmente al borde de sus asientos.
¿Qué es el Cometa Interestelar 3I/ATLAS?
El 1 de julio de 2025, un telescopio del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) en Chile captó algo extraordinario.
No era un cometa cualquiera. El cometa interestelar 3I/ATLAS se convirtió instantáneamente en el tercer objeto confirmado que proviene de fuera de nuestro sistema solar, y créeme cuando te digo que este visitante está reescribiendo las reglas del juego.
¿Por qué ese nombre tan técnico? Pues bien, la «I» significa «interestelar», confirmando que viene de otro sistema estelar.
El «3» indica que es el tercer objeto de este tipo que hemos detectado en toda la historia de la humanidad.
Y «ATLAS» es simplemente el nombre del sistema de telescopios que lo descubrió primero.
Pero aquí viene lo verdaderamente fascinante: este objeto viaja a una velocidad vertiginosa de aproximadamente 220,000 kilómetros por hora (unos 61 kilómetros por segundo).
Para que te hagas una idea, eso es casi 180 veces más rápido que un avión comercial. Y su trayectoria es hiperbólica, lo que significa que solo está de paso.
Una vez que termine su recorrido por nuestro vecindario cósmico, se irá para siempre hacia el espacio profundo.
Las Anomalías que Mantienen Despiertos a los Astrónomos
Ahora, ¿Qué hace que el cometa interestelar 3I/ATLAS sea tan especial? No es solo su origen extraterrestre.
Este visitante cósmico presenta características que francamente no encajan con ningún cometa que hayamos estudiado antes.
La Misteriosa Anti-Cola
Primero está el asunto de su «anti-cola». ¿Suena raro, verdad? En los cometas normales, la cola siempre apunta en dirección contraria al Sol, empujada por la radiación solar. Es como el humo de una fogata que se aleja del fuego.
Pero el cometa interestelar 3I/ATLAS hizo algo completamente diferente al principio: desarrolló un chorro de material que apuntaba hacia el Sol.
Esta anti-cola estaba compuesta principalmente por dióxido de carbono y agua, con trazas de cianuro.
Pero aquí viene lo realmente inquietante: los análisis detectaron una aleación de níquel que nunca se ha observado en la naturaleza, pero que sí se utiliza en procesos industriales humanos.
Déjame repetirlo para que quede claro: una aleación que solo conocemos de nuestras propias fábricas apareció en un objeto que viene de otro sistema estelar.
Comportamiento que Desafía la Física Conocida
Segundo, su actividad cometaria comenzó mucho antes de lo esperado.
La mayoría de los cometas permanecen inertes hasta que se acercan lo suficiente al Sol.
El cometa interestelar 3I/ATLAS, sin embargo, ya estaba liberando gases y partículas a distancias donde otros cometas están completamente dormidos. Es como si tuviera su propio motor interno.
Además, su brillo y color cambian de manera perceptible. Los telescopios han observado cómo pasa de tonos azulados a un blanco intenso conforme se acerca al Sol.

Esta metamorfosis cromática sugiere una composición química que está fuera de lo común, con proporciones inusuales: abundante dióxido de carbono y menos agua de la esperada.
Un Gigante Entre Visitantes
El tamaño del cometa interestelar 3I/ATLAS también genera preguntas incómodas.
Con un núcleo estimado entre 5 y 20 kilómetros de diámetro (dependiendo de las mediciones del Hubble), se trata del objeto interestelar más grande jamás detectado.
Aquí viene el problema: para que exista un objeto tan grande vagando por el espacio interestelar, deberían existir millones de cuerpos más pequeños. ¿Dónde están todos ellos?
La Hipótesis Que Divide a la Comunidad Científica
Entra en escena Avi Loeb, astrofísico de la Universidad de Harvard.
Este científico israelí-estadounidense no es exactamente un desconocido en temas polémicos.
En 2019, sugirió que ‘Oumuamua (el primer visitante interestelar) podría haber sido una sonda extraterrestre. Ahora vuelve a la carga con el cometa interestelar 3I/ATLAS.
Según Loeb y sus colaboradores Adam Hibberd y Adam Crowl, esa anti-cola inicial podría haber sido un sistema de «empuje de frenado», un mecanismo de desaceleración controlada.
En palabras textuales del astrofísico: «El objeto es una nave espacial alienígena que está desacelerando».
Loeb argumenta que la transición de una anti-cola a una cola convencional constituiría un evento tipo «cisne negro» en astronomía: algo completamente inesperado pero de enorme impacto.
«El objeto ha mostrado varias características anómalas y presentamos la hipótesis de que pueda tener origen tecnológico y posiblemente hostil», afirmaron los investigadores.
Loeb señala que la órbita del cometa interestelar 3I/ATLAS, con su baja inclinación retrógrada, «ofrece diversas ventajas a una Inteligencia Extraterrestre, ya que le permite acceder a nuestro planeta con relativa impunidad».
¿Suena a ciencia ficción? Sí. ¿Es una teoría respaldada por la mayoría de los científicos? No. Pero tampoco pueden explicar completamente todas las anomalías que presenta este objeto.
¿Por Qué Preocupa Tanto Este Cometa?
La pregunta del millón es: ¿por qué tanto revuelo? Después de todo, el cometa interestelar 3I/ATLAS no representa ningún peligro para la Tierra.
Su punto de mayor acercamiento a nuestro planeta será el 19 de diciembre de 2025, pero se mantendrá a una distancia segura de aproximadamente 270 millones de kilómetros.
La preocupación no es física, es científica y filosófica. Este objeto desafía nuestros modelos astronómicos actuales.
Su composición química única, su comportamiento anómalo, su polarización extrema de luz y su actividad prematura no encajan en las teorías establecidas sobre cómo deberían comportarse los cometas.
Por un lado, tenemos una ventana única para estudiar materiales formados alrededor de otras estrellas.
Con una edad estimada de 10,000 millones de años, el cometa interestelar 3I/ATLAS es más antiguo que nuestro propio sistema solar (que tiene «apenas» 4,600 millones de años).
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Es literalmente una cápsula del tiempo que transporta secretos del universo primitivo.
Por otro lado, está esa incómoda posibilidad —por remota que sea— de que estemos observando algo creado por una inteligencia no humana. ¿Es probable?
La mayoría de los científicos dirían que no. ¿Es imposible? Eso ya no lo pueden afirmar con la misma confianza.
El Seguimiento Mundial Continúa
La Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), junto con la NASA y la Agencia Espacial Europea, ha movilizado recursos sin precedentes para estudiar este objeto.
El telescopio espacial Hubble capturó imágenes detalladas el 21 de julio.
El telescopio James Webb realizó observaciones espectroscópicas en agosto y tiene programadas más para diciembre.
Entre el 29 y 30 de octubre de 2025, el cometa interestelar 3I/ATLAS alcanzó su perihelio, el punto más cercano al Sol, a unos 210 millones de kilómetros.
Durante este periodo, está oculto detrás del Sol desde nuestra perspectiva terrestre.
Sin embargo, las sondas espaciales en Marte (Mars Express y ExoMars) están aprovechando su posición privilegiada para observarlo.
El objeto reaparecerá en nuestros cielos a principios de diciembre, visible en la constelación de Virgo antes de moverse hacia Leo.
Aunque no podrá verse a simple vista debido a su débil brillo, los telescopios medianos podrán seguir su trayectoria durante varios meses más.
Conclusión: Un Misterio Que Continúa
El cometa interestelar 3I/ATLAS nos recuerda algo fundamental: el universo es mucho más extraño y complejo de lo que imaginamos.
Ya sea un cometa con propiedades naturales extraordinarias o —en el escenario más improbable pero fascinante— algún tipo de tecnología extraterrestre, este visitante cósmico está obligándonos a replantear nuestras certezas.
Cada dato recopilado, cada imagen capturada y cada análisis realizado nos acerca un poco más a comprender qué es realmente este objeto.
Mientras tanto, el cometa interestelar 3I/ATLAS sigue su camino, indiferente a nuestras teorías y especulaciones, llevándose consigo secretos que podrían transformar nuestra comprensión del cosmos.
Y quizás, solo quizás, nos está recordando que en este vasto universo, no estamos tan solos como pensábamos.
Preguntas Frecuentes
1. ¿El cometa interestelar 3I/ATLAS representa algún peligro para la Tierra?
No, absolutamente ninguno. El cometa interestelar 3I/ATLAS mantendrá una distancia segura de aproximadamente 270 millones de kilómetros de la Tierra durante su máximo acercamiento el 19 de diciembre de 2025.
Esta distancia es casi el doble de la que existe entre la Tierra y el Sol, por lo que no hay ningún riesgo de colisión o afectación para nuestro planeta.
2. ¿Por qué se le llama «interestelar» a este cometa?
Se le denomina interestelar porque proviene de fuera de nuestro sistema solar.
Su trayectoria hiperbólica y su velocidad extremadamente alta (61 km/s o 220,000 km/h) confirman que este objeto se formó alrededor de otra estrella y fue expulsado al espacio interestelar hace miles de millones de años.
Es solo el tercer objeto confirmado de este tipo en la historia de la astronomía.
3. ¿Realmente podría ser una nave espacial alienígena como sugiere Avi Loeb?
La hipótesis de Avi Loeb sobre un posible origen tecnológico del cometa interestelar 3I/ATLAS es altamente especulativa y no es respaldada por la mayoría de la comunidad científica.
Sin embargo, las anomalías que presenta (la anti-cola inicial, la aleación de níquel inusual, su comportamiento atípico y su composición química única) son reales y no tienen explicaciones completamente satisfactorias dentro de los modelos actuales.
La mayoría de los expertos se inclinan por explicaciones naturales aún desconocidas.
4. ¿Cuándo y cómo se podrá observar el cometa interestelar 3I/ATLAS?
Después de alcanzar su perihelio total el 30 de octubre de 2025, el cometa reaparecerá en nuestros cielos a principios de diciembre de 2025.
Será visible en las constelaciones de Virgo y posteriormente Leo. Sin embargo, debido a su bajo brillo (magnitud 14), no podrá observarse a simple vista.
Se necesitará un telescopio de al menos 7.6 centímetros de apertura o acudir a un observatorio astronómico especializado.
Las mejores oportunidades de observación serán entre noviembre de 2025 y enero de 2026.
De esta manera hemos revisado detalles impactantes sobre el cometa 3I/ATLAS, por lo que ciertos científicos han llegado a pensar que podría tratarse de alguna tecnología alienígena.




